#48 – Cómo y por qué engañan a los españoles (III).

CÓMO

Tercera parte

¿Qué Cataluña presentan los medios de comunicación de Madrid? Una Cataluña inventada, una ficción delirante, una distopía que sería muy sencillo de desmontar, si existiese la voluntad de hacerlo. Bastaría con instalarse unos días en esta tierra y comprobar cómo se vive. Con tan breve período de tiempo sería suficiente para ser conscientes de que no existe conflicto lingüístico, que no hay dos comunidades, que la “fractura social” es un mito y que la economía funciona como en ningún otro rincón de España. Pero nadie hace el esfuerzo; unos por interés directo en el conflicto entre España y Cataluña, y otros porque ya se sienten cómodos con el discurso que le venden los medios ya que les permite alimentar su catalanofobia infusa. Echemos un vistazo a la imagen que los medios desean transmitir -con éxito abrumador, por cierto- al resto de españoles sobre los catalanes:

  • Existen dos comunidades separadas que no se mezclan en ningún momento: los catalanoparlantes y los castellanoparlantes.
  • Los catalanoparlantes son todos independentistas movidos por su odio a España.
  • Los independentistas, que además son burgueses, acosan, presionan y marginan a los castellanoparlantes, que viven asustados y con pánico a manifestar su identidad española.
  • Los independentistas son nacionalistas radicales, mientras que los otros, los castellanoparlantes, son ciudadanos del mundo que detestan el nacionalismo.

Este retrato disparatado de la sociedad catalana se resquebraja al primer análisis: es imposible que existan dos comunidades separadas en razón de lengua, entre otras cosas, por una simple razón: todos los catalanoparlantes son también castellanoparlantes, de forma que no existe la frontera que desde Madrid se intenta dibujar. Además, si se tratase de etiquetar a la población por preferencias lingüísticas sería más preciso decir que hay “bilingües”, “monolingües” y “monolingües que quieren que los bilingües sean también monolingües”.

El resto de puntos indicados no merece apenas comentario por lo absurdo del planteamiento: si hay alguna lengua marginada en Cataluña, es el catalán; si hay alguien que puede ser menospreciado por expresarse en su idioma es el que se expresa en catalán; y si alguna vez ha existido conflicto físico entre catalanistas y españolistas, la agresión siempre ha venido del mismo lado: del españolismo. El independentismo es un movimiento eminentemente pacífico, mientras que las agresiones del españolismo -muy vinculado a la ultraderecha, por cierto- están bien documentadas, aunque los medios de comunicación las oculten de forma sistemática. Este punto sí que merece ser acompañado de datos, ya que resulta casi un tema tabú para los medios. La recopilación la ha realizado el usuario de Twitter conocido como “Al otro lado del muro” (@_ju1_), que hasta el pasado 4 de abril había recopilado y documentado 27 casos de agresiones y actos violentos por parte de españolistas. En el documento se incluye la violencia policial del 1 de octubre, así como algunos sucesos ocurridos fuera de Cataluña. Son hechos que no difícilmente se verán recogidos en los medios de comunicación de Madrid:

https://twitter.com/_ju1_/status/981167954933903361

Para ver el hilo completo, basta con clickar en la imagen y ser redirigido a Twitter.

Por otra parte, quizás algunos recuerden una supuesta agresión de soberanistas a españolistas que se produjo en Balsareny (Bages) hace pocos meses. La prensa la recogió con todo lujo de detalles, e incluso el expresidente Rajoy actuó de voluntario altavoz de la denuncia. El caso fue este:

-Ver noticia en El Periódico de Catalunya.

Pero poco después se supo que la presunta víctima era una miembro muy activa de la ultraderecha y el caso se desvaneció:

-Ver noticia en VilaWeb.

Retomemos el hilo inicial: unos párrafos más arriba hemos concluido que los ciudadanos que están por la creación de un estado catalán separado del Reino de España, difícilmente habían adoptado tal posición por adoctrinamiento; entonces, si no los han adoctrinado con fines espurios, ¿por qué ahora los catalanes son mayoritariamente independentistas? Pues haber preguntado, porque resulta bastante sencillo:

  • Catalunya tiene una cultura y una lengua propia desde hace mil años. Ello incluye un derecho civil, unas instituciones, una organización, una forma determinada de organizarse, etc. Fácilmente podríamos convenir que se trata de una nación.
  • Resulta que en los últimos trescientos años Castilla está empeñada en erradicar tal cultura y, claro, los catalanes no están de acuerdo (supongo que esta discrepancia se daría en cualquier lugar del mundo).
  • Además, no sólo han de hacer un esfuerzo titánico para defender su lengua y su cultura, sino que también soportan una relación con el Estado Español de franca desventaja económica. Vaya, que una parte excesivamente grande de los excedentes económicos generados en Cataluña sirven para financiar no sólo infraestructuras improductivas en España, sino también para que otros territorios del Estado puedan disfrutar de un nivel superior al de ellos. Delirante.
  • Pero esto no es todo. De hecho, es sólo el principio: el factor verdaderamente desencadenante del desapego emocional de los catalanes con respecto a España viene motivado por las toneladas de insultos, humillaciones, menosprecios y mentiras que los medios de comunicación y los políticos vierten constantemente sobre ellos. Que los partidos políticos mientan sobre Cataluña para lograr votos es, de por sí, una práctica reprobable, pero aun resulta más preocupante que tal estrategia efectivamente proporcione el apoyo masivo de la ciudadanía española. Volvemos al principio del artículo: la catalanofobia como patología no reconocida pero cómodamente instalada en el subconsciente de los españoles.

El montaje que se ha llevado a cabo emplea como herramienta básica las técnicas más reconocidas de uso de perverso del lenguaje, a través de las que busca la deshumanización de todo aquel ciudadano que opte por tomar posiciones soberanistas: los independentistas no son ya ciudadanos que legítima y democráticamente han adoptado una postura, sino que son jaurías llenas de odio que se enfrentan a los pacíficos ciudadanos que quieren seguir siendo españoles. Son bestias que utilizan niños y ancianos como escudos humanos. Son una minoría que, por la fuerza, se impone a una mayoría que quiere vivir en paz. Esto es lo que han inventado los medios españoles y lo que sus lectores/espectadores/oyentes han asimilado sin ánimo alguno de ponerlo en duda, y de ahí al salvaje “a por ellos” la distancia es solo un paso. Los titulares que se insertan a continuación son reales y no pertenecen a programas de humor, sino a las fuentes informativas de las que beben la mayoría de los ciudadanos de España:

Esta segunda portada, la de El País, es muy interesante por lo sotifiscado de su manipulación: no solo vincula a Cataluña con el racismo institucional (algo inventado, por cierto), sino que además lo hace con niños y para rematar el cuadro colocan una fotografía de jovenes africanos muertos tras viajar en patera. O sea, el término “africanos” vinculado negativamente a la Generalitat y justo debajo una imagen terrible de africanos, que nada tiene que ver con Cataluña. Para que el subconsciente de cada uno vaya trabajando.

Sin abandonar el asunto del supuesto uso de niños como víctimas del sistema, es conveniente echar un vistazo a esta portada del diario ABC, en la que se asegura que los estudiantes catalanes no saben hablar castellano (atención al subrayado):

Pues bien, lo que se observa encima del texto es nada menos que la papada de Jordi Pujol, porque esta portada no es actual, sino que salió a la calle en 1994, muchísimo antes del auge del independentismo. En el texto -de un tenor muy habitual al resto de la prensa de la época- se miente con total impunidad sobre la educación en Cataluña. El problema es que la tesis absurda que plantea fue creída por muchos lectores y aún hoy nadie se ha disculpado por tales mentiras, y lo que es peor, este tipo de falacias se han ido sedimentando en las creencias de los ciudadanos. Han pasado 24 años de este titular y hoy es demostrable que aquellos niños sí aprendían castellano -como no podía ser de otra manera- pero el daño ya estaba hecho.

Todo este bombardeo de noticias inventadas persigue crear -aunque su contenido no sea creído al 100% por los lectores- en el subconsciente la asociación “independentista = bárbaro capaz de cualquier atrocidad”. Si, además, el término que se emplea es el de “separatista” -con todas las connotaciones negativas que conlleva- el efecto se redobla. Y recordemos, por si a estas alturas hemos perdido las referencias: un independentista es un ciudadano con una legítima aspiración política de ámbito nacional que desea alcanzarla de forma pacífica, democrática e integradora.

El uso del lenguaje de forma perversa es una de las especialidades de quienes manejan las instituciones contrarias al derecho a decidir, basta con analizar las marcas (partidos, plataformas, asociaciones, etc.) que han ido creando en los últimos años, con unas denominaciones claramente diseñadas para atribuirse espacios sociales que no tienen y para generar confusión:

  • Un partido político cuyo objetivo inicial -antes de ampliar el negocio- era la lucha contra la enseñanza en catalán bautizado como “Ciudadanos – Partido de la ciudadanía”. ¿Se puede ser más genérico y la vez más mentiroso? ¿El resto de partidos no están conformados por ciudadanos o son del planeta Ummo? Sus ideólogos saben perfectamente que la marca es clave para atraer votantes despistados, que pueden ver en esta formación a los “buenos”, los “del pueblo”, ante tanta corrupción.

 

  • Una plataforma dedicada a luchar contra el derecho de los catalanes a decidir qué estatus deben tener como pueblo llamada “Sociedad Civil Catalana”. Otra atribución ilegítima de un espacio que no es el suyo. En realidad, son un pequeño grupúsculo -175 socios- dotado de estrechos vínculos con la ultraderecha catalana y con una muy bien regada financiación. Pero claro, cuando en un informativo de ámbito nacional el periodista de turno habla de ellos, la idea que se forma en el imaginario del espectador es que se trata de la respetada y bien tramada sociedad civil existente en Cataluña. Sobre los orígenes de SCC y sus lazos con la extrema derecha lean al periodista Jordi Borràs.

 

  • Una asociación de empresarios fundada en 2014 y de dimensiones minúsculas denominada “Empresaris de Catalunya”. La sublimación de lo perverso: su nombre no puede ser más genérico a la par que engañoso. Ningún empresario relevante forma parte de esta asociación, cuyas reuniones se celebran en el Círculo Ecuestre y que hasta hace poco contaba con la mano derecha de Enric Millo como secretario de la entidad. Como en el caso anterior, es frecuente escuchar sus postulados en los medios de comunicación precedidos de la entradilla “los empresarios de Cataluña afirman que (…). Objetivo conseguido.

Continuará…

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#47 – Cómo y por qué engañan a los españoles (II).

CÓMO

Segunda parte

Hasta ahora hemos visto que Madrid (no como municipio, sino como gobierno central y como base de actuación de los medios de comunicación masivos) se ha visto en la obligación de crear un relato para justificar que el independentismo es una enfermedad y todo español de bien está obligado a combatirlo, pero ¿es posible que sean tan siniestros? Sí, de hecho, la prensa de la Meseta está muy habituada a crear realidades alternativas cuando la auténtica no encaja con sus deseos. Veamos algunos ejemplos que nada tienen que ver con la política, y que incluso pueden parecer banales, pero que resultan tremendamente significativos:

Viajemos a enero de 2011, en esa fecha se otorgaba el Balón de Oro de la FIFA, o sea, el galardón al mejor jugador del año natural. Los tres finalistas fueron tres futbolistas formados en La Masia, la fábrica de talentos del FC Barcelona: Lionel Messi, Andrés Iniesta y Xavi Hernández. Ante tal tesitura, la prensa de Madrid lo apostó todo a Iniesta, que al menos era de la Mancha. Cuando se hizo público el resultado y se comprobó que el ganador había sido Messi -algo razonable teniendo en cuenta que era el mejor jugador del mundo- los medios madrileños no lo aceptaron y se despacharon con portadas así:

Es decir, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pasaba a ser un “antiespañol” por pensar diferente; vaya, ni siquiera por pensar diferente, sino porque un nutrido grupo de periodistas, jugadores y seleccionadores bajo la organización de la FIFA considerasen que Messi era mejor que Iniesta. Una muestra maravillosa de un tipo de reacción que observamos con frecuencia en la cultura castellana: quién no piense como nosotros es un antiespañol. Pero el contenido de la portada no acaba aquí, ni mucho menos. Si miramos el párrafo que se incluye debajo del titular, podemos leer “Blatter abofetea al fútbol español por segunda vez en un mes: le quitó el Mundial 2018 en diciembre (…)”. Es decir, que escoger otra sede para organizar un evento significa “quitársela” a España. Este tipo de razonamiento lo veremos más claramente en el siguiente ejemplo.

El 7 de septiembre de 2013 se decidía si el enésimo intento olímpico de Madrid tendría éxito o volvería a ser un fracaso multimillonario. Estaba en disputa la organización de los Juegos de 2020 y el “todo Madrid” ya había decidido que la candidata ganadora sería la capital de España, obviando que el resultado dependía de la voluntad de los miembros de COI y no de ellos. Al final se impuso Tokio, una ciudad mucho mejor preparada que Madrid y que no estaba inmersa en la crisis monstruosa que asolaba la economía española en aquellos momentos. ¿Cuál fue la reacción de los medios? Insuperable:

 

“Abrupto e inexplicable”. “El COI opta por el derroche”. “Tongo olímpico”. “Sospechas de intereses económicos”. “El COI no tiene sentido”.

Un ramillete de frases en los que no se atisba ni un ápice de autocrítica, sino más bien todo lo contrario

Pues sí. Así se ve el mundo desde el altiplano. Podríamos resumirlo en lo siguiente: engañar a la población hasta el final, mantener tesis irreales contra viento y marea, y al final, cuando la realidad se hace patente con todo su peso y toda su tozudez, asegurar que son los otros los que se equivocan y que la causa de la derrota es la pertinaz envidia.

Son sólo dos ejemplos y que además poco tienen que ver con la política, pero precisamente por eso han sido escogidos. En todos los órdenes de la vida, Madrid crea su burbuja de realidad, un constructo paralelo a la realidad auténtica que sirve para consumo propio pero que salta por los aires en cuanto toma contacto con el mundo exterior. Quien este leyendo estas líneas tendrá la tentación de argumentar que situaciones así ocurren en todas partes, pero lo cierto es que no. Los medios de comunicación de las democracias tienen sus sesgos, ya sean políticos o económicos, pero en ningún modo osan inventar realidades como ocurre en la Meseta. Es una anomalía muy notable.

Antes de analizar el caso del tratamiento informativo de Cataluña, un último ejemplo que resulta muy divertido y que permite hacerse una idea de cuáles son los procesos mentales que rigen en el centro de la península. Esta vez nos desplazamos a inicios de los años noventa, Barcelona ya había celebrado sus Juegos Olímpicos y la proyección mundial de la urbe catalana crecía imparable. Dentro de las muchas actividades deportivas que se celebraban en la ciudad condal destacaba la “Cursa Popular”, una carrera de 10 kilómetros abierta a todo el mundo y que desde sus inicios en 1979 patrocina y organiza El Corte Inglés. Después de unos comienzos modestos, la prueba atlética se fue consolidando y en la segunda mitad de los ochenta logró situarse en participaciones por encima de los 50.000 corredores. La gran eclosión se alcanzó tras los Juegos, cuando se llegaron a superar los 100.000 participantes, convirtiéndose en la prueba popular más importante del mundo. Este éxito fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Madrid que, tras soportar con estoicismo y dolor silenciado el éxito de los Juegos, veían como la ciudad a la que menospreciaban se revalorizaba a ojos del mundo entero. La respuesta fue inmediata: ellos también tendrían su carrera popular masiva. El único objetivo sería arrebatar el récord mundial a Barcelona al precio que fuese. Para asegurarse el éxito, diseñaron una prueba de 5 kilómetros (la barcelonesa tenía 10) y que era en línea recta y en bajada (en Barcelona se subía a Montjuïc). Para acabar de configurar un cuadro de tintes grotescos, el alcalde Álvarez del Manzano corría con el dorsal número 1 y la mascota se llamaba “Chulito”. En fin.

Al final, los dos intentos (1993 y 1994) sólo sirvieron para dar los titulares de prensa deseados, porque las múltiples irregularidades de la prueba hicieron que sus marcas en cuanto a participación no fuesen homologadas.

Continuará…

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#46 – Cómo y por qué engañan a los españoles (I).

CÓMO

Primera parte

En todas las épocas y en todos los territorios el Poder emplea incontables recursos para engañar a sus súbditos con la insana intención de perpetuarse. Al margen de que la intensidad del engaño varíe según el lugar y el momento, lo relevante para que estas tretas tengan éxito es que el Poder encuentre un terreno fértil en el que sus mentiras calen y puedan acabar moldeando la opinión y el comportamiento de los ciudadanos. Hay territorios más refractarios que otros a la manipulación, y también algunos países que son auténticas esponjas para las consignas que crean sus gobernantes. La correlación entre permeabilidad a estas mentiras de estado y el bajo nivel cultural y educativo de la población parece clara.

En España, el país que repatrió al infame Fernando VII entre muestras de alegría de sus ciudadanos, o donde un dictador de finales del siglo XX murió plácidamente en la cama, a menudo los memes del Poder calan hondo en el corpus de creencias de la gente. Sabemos que en épocas pretéritas, pero no tan lejanas, judíos y masones tenían la culpa de todos males del país ante la mirada acrítica de los españoles; pero existe una patología social poco reconocida que puede competir de tú a tú con el odio a judíos y masones: la catalanofobia.

Es una realidad fácilmente demostrable que desde hace siglos la catalanofobia impregna el acervo de conocimientos infusos de los españoles y hace que los ciudadanos de este país sean terreno abonado para cierto tipo de manipulaciones espurias. A juzgar por lo que explican los medios de comunicación, hoy en día todo lo negativo que ocurre en España es por culpa de los catalanes. Y parece ser que la mayoría de los españoles de a pie aceptan esa tesis como buena.

Como es sabido, la falta de memoria de la población es una de las bazas que emplea el Poder para imponer sus designios. En el caso que nos ocupa resulta curioso observar como en cada nueva oleada de catalanofobia se argumenta que se trata de una animadversión de nuevo cuño, motivada por una causa concreta de la actualidad; en otras palabras, hoy se justifica el anticatalanismo basándose en las supuestas provocaciones del independentismo. Es aquella respuesta recurrente de “con los catalanes no ha habido nunca problemas, sólo a partir de tal cosa”, y entiéndase tal cosa como una expresión comodín donde encajar la última “provocación” por parte del catalanismo. Si viajamos atrás en el tiempo, comprobaremos que la catalanofobia no sólo no desaparece, sino que muestra brotes de forma recurrente: si a partir de 2010 la coartada para desatar el odio contra todo lo catalán fue el auge del independentismo, en 2006 lo fue la aprobación del Estatut, en 2003 el Pacte del Tinell, en los noventa el “nacionalismo exacerbado de Pujol”, y así sucesivamente hasta la noche de los tiempos. ¿Ya nadie recuerda las otrora célebres tertulias de la Cope antes de que existiesen esRadio o InterconomíaTV? ¿O las portadas del ABC antes del nacimiento de La Razón? Quien desee disponer de una cronología detallada y rigurosa de la catalanofobia a través del tiempo debe leer de forma inexcusable la obra “El llibre negre de Catalunya. De Felip V a l’ABC”, de Josep Maria Ainaud de Lasarte, publicado por La Campana en 1995 (sí, hace 23 años, mucho antes del auge del independentismo).

El relato que han creado los medios de Madrid sobre lo que está sucediendo en Cataluña no es casual, sino que sigue una lógica determinada. Todo comenzó cuando el independentismo era minoritario. En aquel momento, la explicación del fenómeno consistía en atribuirlo a grupos radicales que estaban equivocados y por lo tanto “si fuese una postura razonable, sería mayoritaria; que sea una minoría demuestra que no tienen razón”. Tal explicación, al margen de que pueda resultar inconsistente, era la que se impuso, muy en la línea del clásico “idiotas los hay en todos los lados”, que como veremos ha sido una muleta recurrente para determinadas justificaciones. Pero el problema llegó cuando el independentismo logró ser una corriente, si no mayoritaria, al menos con un gran apoyo social. Había que buscar una explicación porque aquello de “son minoría, no tienen razón” ya no servía. Y ahí es donde se hace un salto adelante afirmando que los independentistas están todos equivocados porque “están manipulados” y se emplea como chivo expiatorio a TV3 y a la educación en las escuelas.

De entrada, y antes de analizar en profundidad la consistencia de la hipótesis del adoctrinamiento, hay que tener en cuenta un factor clave: pensar que todo aquel que opine distinto a ti está manipulado es un punto de partida bastante temerario de por sí, pero si además se analiza con rigor la realidad catalana, resulta una hipótesis descartable a las primeras de cambio.

¿Resulta sencillo que la mayoría de la población catalana haya sido manipulada por un puñado de políticos sin escrúpulos y con fines espurios? Veamos si esta opción es realista a partir de otra pregunta.

¿Es Cataluña una sociedad homogénea y cerrada en la que los mensajes simplistas de buenos y malos puedan prender como la pólvora? Desde luego que homogénea no, todo lo contrario; Cataluña es, con diferencia, el territorio más diverso de la Península. Por otra parte, sin la menor duda, es la región española más internacionalizada, tanto por razones empresariales -existe una ingente cantidad de extranjeros viviendo en la zona debido a la fuerte implantación de multinacionales- como por razones turísticas -Cataluña es uno de los destinos vacacionales favoritos de los europeos. Vaya, que sería difícil encontrar algún lugar en el continente en que el intercambio de ideas fluya a la velocidad que lo hace aquí. Quien no tenga claro todo esto, que se agencie un mapa y compruebe dónde está situada Cataluña: es un embudo que absorbe todo cuanto llega de Europa, además de contar con dos de los más importantes puertos mediterráneos donde desde hace milenios llegan gentes procedentes de los más variados confines. Vaya, que no hay motivos objetivos para suponer que un catalán es más manipulable que, pongamos por caso, un señor de Murcia. Incluso me atrevería a apostar por la hipótesis contraria.

Pero volvamos a la teoría del adoctrinamiento de masas que, según la versión oficial que los ciudadanos españoles creen a pies juntillas, es la causa del auge de las posiciones soberanistas:

¿La televisión pública de Cataluña ha adoctrinado a millones de catalanes en favor del independentismo? Es evidente que no, de hecho, ninguna de las acusaciones en este sentido ha mostrado jamás prueba alguna. Por otra parte, en los últimos años la televisión catalana ha podido alcanzar una audiencia máxima del 20%, lo que inmediatamente implica que el 80% de la audiencia del territorio se reparte entre opciones de corte españolista, totalmente opuestas al independentismo. O sea, que la principal diferencia en el acceso a los medios de los catalanes con respecto al resto de españoles estriba en que los primeros pueden contrastar versiones distintas de la actualidad, mientras que los segundos son cautivos de un únic enfoque. Se abre aquí el escenario alternativo de que quizá sean los españoles los manipulados, pero esta posibilidad la trataremos con detalle más adelante. Al margen de lo dicho, dos factores más que ayudarán a entender la situación:

  • Desde el punto de vista político, la televisión pública catalana es la más plural: hay estudios que lo demuestran, pero basta con ver la distribución de cualesquiera de las muchas tertulias que programan para darse cuenta de ello. Es más, este caso me niego a enlazar ninguna de las múltiples fuentes que hablan de la imparcialidad de la cadena, quien quiera opinar con conocimiento de causa que se tome la molestia de invertir unas cuantas horas de su vida en contrastarlo personalmente y deje de hablar de oídas. ¿Cuánta gente de los que acusan falsamente a TV3 lo ha hecho?
  • La televisión pública de Cataluña es la televisión generalista de más calidad: es fácilmente comprobable que su contenido en telebasura es prácticamente nulo, mientras que el peso de los espacios culturales y de ciencia, así como de documentales es significativo.

Vayamos ahora al otro bastión que sostiene las tesis españolistas ¿La educación pública adoctrina en el independentismo? Obviamente, no. Y como en el caso de la televisión, nadie jamás ha aportado una sola prueba que lo demuestre. Salvo que lo que moleste y se considere doctrinario sea que la enseñanza se desarrolle mayoritariamente en catalán. En tal caso, quien tiene un problema es quien cree que enseñar en catalán implica algún tipo de posicionamiento político y sospecho que por ahí van los tiros. Seguramente serán los mismos que hablan de una supuesta “imposición del catalán en Cataluña”, sin ser conscientes de la barbaridad que implica tal concepto, equivalente a afirmar que existe una “imposición del castellano en Madrid”.

Continuará…

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#45 – Votar el jueves. Cambiar el mundo.

Que un servidor vote al bloque independentista no tiene ningún mérito y es del todo previsible. Que lo haga alguien que antes haya votado a los Comuns o incluso que se considere en la órbita de Ciutadans puede ser considerado un ejercicio de valentía y una apuesta decidida por su propio futuro. Me explico: estoy seguro que a estas alturas de la película -y considerando que vivimos en un mundo globalizado- estar a favor de una Cataluña independiente es una decisión de carácter básicamente administrativo. Simplemente significa que no quiero que me gobiernen desde Madrid porque gobiernan contra mí. Así de fácil. En otras palabras, el apoyo a la independencia cada vez está más alejado del terreno catalanista, nacionalista o sentimental, y más cerca de las necesidades del día a día. Vamos, que puedo ser independentista y sentirme español, cómo no.

Por supuesto que puedo entender las reticencias a tomar una decisión así para quién siempre se ha considerado opuesto al independentismo. Se ha echado tanta porquería sobre los independentistas, que ahora cuesta un esfuerzo titánico votar como ellos. Pero por un momento dudemos de los discursos oficiales, de lo que cuentan los medios y de la propaganda electoral. ¿Dónde pienso vivir en los próximos años o el resto de mi vida? Si la respuesta es Cataluña, lo razonable es apostar por el mejor futuro posible para esta tierra. Y ahora mismo queda claro que dentro de España eso es imposible. Nos lo han dicho por tierra, mar y aire.

Si partimos del hecho contrastado que la relación fiscal entre España y Cataluña es injusta y que, además, no tiene visos de cambiar, uno debería plantearse seriamente hacer algo disruptivo con su voto. Votar a Ciudadanos, a PP, a PSOE e incluso a Comuns, significa no cambiar nada y además renunciar a cualquier cambio futuro. Lo publicaba el ABC estos días (citando como fuente el Consejo General de Economistas): un “trato justo” a Cataluña supondría 20.000 millones de euros más de financiación y redundaría en 200.000 empleos más, con una subida del PIB del 5%. Y la comunidad más perjudicada, Madrid. Empleos adicionales que podrían ser para ti o para gente como tú, no para los independentistas. En otras palabras, si votas a los partidos españolistas renuncias a tu bienestar y a tu futuro para blindar los privilegios de Madrid. Así de simple. Ellos te dan patriotismo y tú se lo pagas a precio de oro, casi con tu vida.

Y estos números con un “trato justo”. Imagínate con un Estado propio donde los beneficios se reinviertan continuamente el país.

Las élites que gobiernan España conocen estas cifras con detalle, por eso enloquecen cuando los catalanes intentamos crear nuestro propio Estado. Saben que sin tu apoyo no pueden subsistir. Y esto también vale para las élites locales: ¿has visto el pánico que tiene la alta burguesía barcelonesa a la independencia? Su postura debería hacerte sospechar… nosotros los mortales nunca tendremos los mismos intereses que ellos.

Puede sonar a paradoja, pero lo prudente hoy es darle una oportunidad al cambio. No se come de los grandes premios de Fernando Alonso ni de los Roland Garros de Rafa Nadal. Nos alegran la vida, eso sí, pero que no sean un freno para pensar fríamente. Que sin apenas medios de comunicación a favor, el independentismo no deje de crecer debería ser un motivo para reflexionar. Hay una verdad que va ganando terreno conforme la gente se va informando. Dejémonos de patrias y pensemos en términos de siglo XXI: nadie tiene derecho a tratarte como una colonia. Eres libre para escoger la mejor opción para ti y para los tuyos.

Recuerda, el voto es secreto y en unas horas tendrás la posibilidad de hacer algo grande con tu papeleta. Que no te pesen las creencias y actúa. Sé valiente.

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#44 – Emoció i censura.

Qui més qui menys sap que les piràmides de l’altiplà de Gizeh -Kheops, Kefren i Micerí- són l’últim vestigi de les meravelles del món antic. Són una icona, són un prodigi de l’arquitectura i són el principal motiu pel qual cada any milions de turistes posen els seus peus al polsegós terra del sud d’El Caire. Però mirat des d’un altre punt de vista, les piràmides no són més que un munt de pedres amuntegades, no són res de vida o mort, i ni tan sols tenen incidència en el nostre dia a dia. És més, qualsevol de nosaltres podria morir sense haver-les visitat i no passaria res. Però, saben què? Si resultés que m’assabento que un grup de sonats pensen volar-les amb dinamita -ja sigui per motius religiosos, per ignorància o per mala llet, com deia l’ex-profeta- de ben segur que entraria en pànic i faria tots els possibles per evitar-ho. Perquè hi ha elements que formen part de la nostra essència com a éssers culturals i no ens podem permetre perdre’ls de cap manera, amb l’afegit que un cop perduts són irrecuperables.

Doncs bé, això que em passa amb les piràmides d’Egipte em passa també amb el Barça: ni em dona de menjar, ni la meva vida depèn d’ell, ni defineix el meu dia a dia, però em mobilitzaré amb totes les meves forces si em trobo davant la certesa que algú l’està destruint. Avui, setembre de 2017, tinc aquesta certesa.

Tirem enrere un parell d’anys, i situem-nos a la vigília de les eleccions del club, celebrades el 18 de juliol de 2015. Aquí mateix vam fer una sèrie d’escrits explicant que calia desallotjar Bartomeu i la seva junta de la cadira de comandament del Barça. Ens expressàvem així:

Som conscients que en aquell moment alguns lectors van pensar que “tot ho pintàvem molt malament”, perquè no s’adonaven que les llavors del caos ja estaven començant a arrelar. És més, 25 mesos després d’aquelles eleccions estem força pitjor del què ens atrevíem a pronosticar. Recapitulem.

Durant la campanya de 2015 sabíem moltes coses sobre la Junta: que havien substituït Unicef per una dictadura islàmica perquè Rosell i companyia hi tenien interessos; que el model de joc no els importava el més mínim, que el planter era una molèstia i que, en general, no paraven de mentir. Els tres grans encerts de Laporta -en paraules del mateix Rosell- van ser “Unicef, fer fora els violents de l’Estadi i fitxar Pep Guardiola”, però curiosament poc temps després ens trobàvem amb Qatar, els violents dins de casa i Pep Guardiola lluny i menystingut. I per acabar-ho d’adobar, mentides esquitxant-ho tot: de les sortides de Thiago i Abidal, als partits en horaris aptes per a menors, passant pel preu de Neymar o la sanció de la FIFA. (Qui desitgi un relat complet i ordenat de tot aquest desgavell el trobarà en el seguit d’articles que esmentàvem al començament).

Sabíem tot això, però encara no sabíem que Sandro Rosell acabaria a la presó per emblanquiment de capitals i que el seu successor Bartomeu seria tan pocavergonya com per imputar el club per alliberar-se d’un delicte que ell mateix havia comés, com va fer amb motiu del cas Neymar. Tampoc no sabíem que l’acció de responsabilitat que havien posat en marxa l’acabarien perdent i, en conseqüència, provocant quantioses pèrdues al club en concepte d’honoraris del bufet Cuatrecasas. En altres paraules, sabíem que l’acció de responsabilitat era injusta i, fins i tot, immoral, però amb la sentència de maig de 2017 vam descobrir que, a més, no tenia fonaments jurídics. En aquella vigília electoral tampoc no érem conscients de que la junta de Bartomeu feia negoci a costa del soci amb les entrades i, per descomptat, tampoc no havíem pogut assistir al delirant mercat de fitxatges d’aquest estiu, en què el club, i en especial la seva hipertrofiada estructura esportiva ha fet un ridícul clamorós que ha traspassat fronteres.

Seria també interessant repassar els comptes de l’entitat a tancament de l’exercici 2016/17, però no ha estat possible perquè hores d’ara no han aparegut a la pàgina web del club i tampoc no se n’ha fet presentació oficial.

Queda clar que la gestió de Rosell va ser molt deficient, però aquest apèndix en forma de Bartomeu que ens ha regalat el destí (o millor dit, els 25.823 desorientats) supera qualsevol previsió per nefasta que fos, transformant el mateix Joan Gaspart en un simple aprenent del món del disbarat.

No podem ignorar que aquesta màfia que s’ha apoderat del club -no crec que ningú es pugui escandalitzar per etiquetar-los així, atès que el seu líder és a la presó per pertinença a organització criminal- compta amb molts suports rellevants entre els mitjans de comunicació -el Grupo Godó i ells són part de la mateixa substància, mentre que TV3 ha adoptat una postura impròpia d’un mitjà públic- però perquè destrossessin impunement el club el paper de l’oposició ha estat determinant per la seva passivitat difícilment justificable. La infinitat de grups i plataformes que orbiten al voltant del club integrats per socis descontents amb la gestió han estat incapaços d’articular un discurs d’unitat per tal de fer fora la Junta, en molts casos per causa de les aspiracions presidencials d’un grapat dels opositors, que degut a una por atàvica a desgastar-se abans d’hora han optat per veure impassibles com el Barça anava caient a trossos.

Més enllà de la seva inacció, l’oposició ha comés un altre error que ha acabat esdevenint transcendental. La identificació de tothom qui vota Bartomeu com a nunyista clàssic de recopes i superàvit és una imatge distorsionada de la realitat. Entenem que caure en la idealització de l’enemic és una errada molt comuna, però si tens veritables aspiracions a governar el club cal una anàlisi més acurada. Per començar, hi ha 85.000 socis que no van votar neonunyisme, per tant, es disposava d’un terreny fèrtil on treballar; per altra banda, i potser la més important, no tots el 25.823 que van donar suport al Nobita d’Esade responen a l’estereotip del nunyista tronat de Mundo Deportivo oliós i odi visceral a Guardiola. Cal obrir els ulls i adonar-se que no tothom viu el Barça amb la mateixa intensitat com ho fem alguns apassionats: per a molts, el club existeix només el diumenge i el dimecres, quan la pilota roda, mentre que la vida diguem-ne “política” de l’entitat no els interessa els més mínim. Voten al poder per pura inèrcia. No tenen esma d’informar-se sobre el que va més enllà del terreny de joc. Aquí és on calia haver fet queixalada, aquí era on s’amuntegava la matèria primera que hagués permès decantar la balança. Un agermanament de les forces opositores, tant se val si sota el nom de “santa aliança” o etiquetats com a “siberians”, hagués facilitat la feina. Els dinars, sopars i contubernis diversos amb els ja convençuts de la necessitat de canvi no serveixen per a res. En canvi, una tasca de formigues d’anar incorporant a gent poc o mal informada sobre el club hagués produït un efecte de taca d’oli. Si a això li afegim habilitats de caire més estratègic, com ara saber implicar els polítics en aquesta guerra, les possibilitats d’èxit hagueren estat importants. Això últim no és pas una quimera: n’hi havia prou en saber transmetre la idea de què el Barça és un element clau en el Procés -una estructura d’Estat, en el seu llenguatge- perquè els partits independentistes s’hi haguessin abocat. Com? Molt fàcil: per exemple, evitant que la direcció d’esports de Televisió Catalunya hagués caigut en un servilisme intolerable cap a la Junta de Bartomeu. Per si queda algun ingenu a aquestes altures de text, els recordarem que l’anterior cap d’esports de la cadena, Josep Maria Farràs (sí, el del billar a 3 bandes) va fitxar pel Barça a inicis de 2017, en un cas claríssim de “portes giratòries”, allò que tan critiquem als polítics.

Bé, fet el diagnòstic i aportades les proves de la patologia greu que afecta al Barça, mirem endavant per estudiar com podem sortir ben parats d’aquesta situació. En primer lloc, cal definir i blindar la configuració medul·lar de l’entitat blaugrana. No crec que descobrim la sopa d’all si posem negre sobre blanc els següents elements com a pilars de la genètica del club:

  • Estructura de la propietat (socis)
  • Model de joc propi
  • Vector de catalanitat
  • Planter
  • Imatge internacional de singularitat
  • Seccions

Tanquem el cercle: per recuperar aquestes essències (i potser també per salvar al club de danys irreparables) cal fer fora els actuals gestors. Atès que no fan intenció de plegar per ells mateixos i que les properes eleccions no toquen fins el 2021, cal recórrer sens dubte al mecanisme d’emergència conegut com a vot de censura. L’etern candidat Agustí Benedito ha tingut el coratge de fer un pas endavant i iniciar els tràmits d’aquest procés. Per descomptat, des d’aquí donem suport total a aquesta iniciativa. Sembla un repte difícil, pel fet que cal recollir 16.570 signatures en un període de temps relativament curt, però mirat des d’una altra perspectiva cal tenir en compte que el candidat Joan Laporta, ell sol, va obtenir 15.615 vots a les eleccions de 2015, en una contesa que només durava un dia i que únicament tenia una seu on exercir el vot.

Hi ha pressa en recuperar el Barça? Sí, i podríem donar molts motius, però tots queden resumits en un: aquest any Leo Messi ha fet els trenta. Aquest comodí que la providència ha posat generosament a les nostres mans està en risc de retirar-se havent estat desaprofitat i això seria imperdonable.

Cal que tots els culers de bé s’impliquin en aquest vot de censura… parlin amb tots els socis amb qui habitualment tenen punts de vista discordants, expliquin-los la veritat, facin proselitisme allà on vagin i busquin avals sota les pedres. Ens ho juguem tot.

Escrivim aquestes línies amarats en l’emoció dels esdeveniments de les darreres setmanes, en què hem mirat als ulls a la maldat absoluta, des de la ignorant que proclama que el seu déu es més gran, fins a la nauseabunda que habita al més profund de les clavegueres i que s’escuda darrere la lletra final de l’alfabet. Però aquestes també són línies que traspuen censura, perquè al poder cal fiscalitzar-lo i evitar els abusos. Viure en societat, esdevenir ciutadans, ens obliga a no tancar els ulls davant el que afecta a la comunitat, encara que circumstancialment ens pugui tocar de lluny.

 

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#43 – L’arribada de la Gran Teranyina.

Qualsevol seguidor habitual d’aquests escrits haurà observat que en els darrers mesos l’activitat en aquest racó del ciberespai ha estat més aviat minsa. No ha estat així per manca d’idees ni per desídia, ans al contrari: el motiu d’aquest silenci era un projecte de gran volada en el qual hem estat involucrats i que ens absorbia totes les hores disponibles. Ara, per fi, ja hem enllestit la feina i en qüestió de dies la podrem compartir amb tots els lectors.

En vista de l’èxit dels textets #8 i #16, en què parlàvem de les relacions entre les famílies més poderoses i acabalades del país, va anar prenent forma la idea de plasmar en un llibre un estudi més profund sobre el particular. Després d’algun intent no reeixit —les coses arriben quan arriben i no pas abans, encara que la impaciència ens devori— fa un cert temps es van alinear les circumstàncies i vam poder començar a bastir el projecte. Havent fet una feinada ingent, amb afectació sobre la salut inclosa, l’objectiu s’ha aconseguit: disposem, per fi, d’un mapa complet de les relacions entre els poderosos del país. No es tracta ni de bon tros del primer estudi sobre les grans famílies —ja n’hi ha i de molt bons— però sí que és pioner en un determinat enfocament: hem posat l’accent en la seva influència en el dia a dia dels ciutadans a través de les firmes que controlen i també en els vincles, sovint desconeguts, entre els diferents clans protagonistes. Un altre aspecte que ens ha interessat remarcar és l’origen de les fortunes que apareixen en el llibre, mirant d’explicar-ho d’una manera atractiva que defuig l’ensopiment d’alguns tractats magistrals que analitzen la història.

Sovint se’ns pregunta per la identitat de l’autor dels escrits signats per Roger Vinton, com si aquest detall tingués transcendència a banda de satisfer una curiositat natural dels lectors. Per nosaltres, com més s’allunyi el focus de l’autoria, millor: tant se val si l’autor és un home o una dona; un estudiós solitari o un grup d’experts en diferents matèries. El que val és el resultat i no les mans que es passegen pel teclat. Ha de transcendir el missatge i no pas l’emissor, que sempre hauria de ser secundari. Ja sabem que això, en l’edat d’or de la crítica ad-hominem, és una aposta a contracorrent, però hi creiem fermament. Som conscients que vivim a un país de trinxeres, on bona part de la gent es creu acríticament els del seu bàndol i menysprea sense contemplacions els arguments de qui està a l’altre costat; per tant, resulta gairebé una provocació afirmar que l’emissor del missatge és intranscendent, però pensem que val la pena fer l’esforç. Al cap i a la fi, confrontar opinions i obrir-se a altres punts de vista sempre enriqueix. Si us plau, menys llegir o escoltar aquells qui confirmen les nostres creences preestablertes i més parar atenció als qui ens poden ajudar a trobar punts febles en els nostres arguments. Nosaltres no tenim cap interès en defensar postures que s’allunyin de la veritat, encara que aquesta alguns cops sigui dolorosa.

Un llibre pot canviar un país? Potser no, però de ben segur que el contingut d’un llibre pot fer que els seus lectors es mirin el país amb uns altres ulls. Aquesta és una de les reaccions probables dels qui llegeixin La gran teranyina. El contingut és sobretot informatiu, de manera que les opinions i les conclusions seran cosa del lector. No es tracta d’adoctrinar, sinó d’obrir ulls. Un cop vista la fotografia panoràmica que presentem, les reaccions i les eventuals mostres d’insatisfacció respecte la realitat catalana dels nostres dies poden unir a personatges situats a posicions ideològiques oposades, o dit d’una altra manera, no seria estrany que David Fernàndez coincidís en l’anàlisi amb Xavier Sala-i-Martin, per esmentar un parell de noms.

L’estructura del llibre és poc convencional, en el sentit que el lector arribarà a un mateix punt a través de diferents fils de la teranyina que hem dibuixat, de manera que sovint tindrà una sensació de déjà-vu molt intensa. Hem mirat d’evitar les remissions a altres capítols perquè el text no sigui carregós i perquè, fet i fet, no s’adeien amb l’objectiu: preferim que els que transitin per les pàgines del llibre visquin la sensació que “això ho he llegit en algun altre lloc” sense previ avís, o sigui, que experimentin l’equivalent a l’“aquesta cara em sona” que mormolem quan ens presenten a algú a qui ja teníem vist.

Al llarg d’aquesta experiència lectora ens endinsarem en una matinada de 1958 que, en certa manera, va modificar la configuració del Poder al país. Coneixerem una noia segrestada que va resultar que pertanyia a una família més important del que ens van explicar els mitjans. Pujarem a un gratacel amb vocació d’acollir els poderosos des de fa gairebé mig segle. Visitarem una mansió de conte de fades que tenim molt vista, però que no sabem a qui pertany. Traspassarem les portes de Can Barça per descobrir com hi ha penetrat el poder al llarg dels darrers cent anys. Viurem un munt d’històries més que, amb seguretat, ens faran dir “I com és que jo no ho sabia, això?” I contínuament comprovarem com l’ombra del passat es projecta sobre el present per dibuixar la realitat que habitem.

Les més de quatre-centes pàgines de què consta l’obra estaran a l’abast de tothom d’aquí a un mes just, el 14 de març. Facin el favor de donar les gràcies a Edicions del Periscopi, perquè van arribar en el moment precís, ni massa d’hora ni massa tard. Gaudeixin d’un pròleg de luxe del gran Andreu Barnils com a porta d’entrada al relat.

I fins aquí aquestes mil paraules ben comptades de presentació que no són més que un brevíssim aperitiu del que els espera. Ja ens faran saber si els ha agradat! A partir d’ara, estarem expectants per conèixer les seves opinions. Un llibre estrany, si més no. Com cap altre.

R.V.

Post-Scriptum: aquí tenen la coberta del llibre

la-teranyina-web

 

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#42 – Il·lustre degeneració

Era a una carretera perduda del llevant, on es gaudeix de la brisa marina i al mateix temps l’aroma a pà-nolí s’escampa per l’aire. A certa distància ja albirava el fanalet. Tenia el cap espès i començava a veure boirós. Em vaig aturar enmig de la nit. Ja davant la porta, vaig sentir com algú picava al timbre. Vaig pensar que allò tant podia ser l’infern com el Cel. Van encendre una espelma i em van fer entrar. Se sentien veus de fons dient “Benvingut a l’Hotel España, un lloc meravellós, ple d’habitacions i obert qualsevol dia de l’any”. El luxe era marejant i fins tot hi havia un esportiu italià a l’entrada. Vermell i negre, un Pininfarina. Tot era ple de nens, tots tendres. À la petite fille que tu étais. Són els seus amics, deia,  recoberts d’una suor dolcíssima. Danses per no recordar, danses per oblidar. Aleshores vaig fer venir el capità, “sisplau, serveix-me el meu nèctar”. Em va dir que no havien tingut aquell ambient des del noranta-dos. I encara sento les veus, que em desperten a mitjanit i em diuen “Benvingut a l’Hotel España, un lloc meravellós, on es gaudeix fins el límit. Sorpresa rere sorpresa. Ja has pensat la teva excusa per no sentir-te culpable?”. Miralls al sostre, xampany francès a dojo. I aleshores em va dir “som tots plegats presoners del nostre propi deliri”. Per al festí, es van reunir a l’habitació del Gran Mestre. Els esperava amb la túnica vermella i les ulleres fosques de borni. Va copejar dos cops el terra amb la vara i la festa va començar. Van clavar-hi ganivets esmolats, però sempre són incapaços de matar la Bèstia. L’única cosa que recordo és veure’m córrer cap a la porta. Volia trobar la sortida secreta per tornar al lloc on era abans. “Calma”, em va dir el cavaller de la nit. “Està tot preparat per quan vinguis i pots marxar quan vulguis, però ara ja no ho podràs fer mai”.

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#41 – Luna de Sangre.

Dicen que la noche del 1 de agosto de 1972, durante un encuentro secreto del Consejo de los 13 en el Casino Building de San Antonio, Philip von Rothschild anunció a los asistentes que “cuando veáis apagarse las luces de Nueva York sabreis que nuestro objetivo se ha conseguido”. Unos cinco años más tarde, el 13 de julio de 1977, una tormenta eléctrica dejó completamente a oscuras a los diez millones de habitantes del área metropolitana de Nueva York durante unas 25 horas. Desafortunadamente, un servidor no puede confirmar que von Rothschild pronunciase aquella noche la frase mencionada, por el simple hecho de que no asistí a tan secreta reunión. Pero lo que sí es un hecho constatable es que una declaración muy similar aparece en la novela “Atlas shrugged” publicada cierto tiempo antes, en 1957, y escrita por Ayn Rand. Uno de los personajes, el enigmático John Galt -a quien precisamente algunos consideran un trasunto de Rothschild- dice, mientras contempla los rascacielos de Manhattan, que “When we would see the lights of New York go out, we would know that our job was done” [Cuando veamos que las luces de Nueva York se apagan, sabremos que nuestra labor ha culminado]. La novela presenta una insurrección de las grandes familias adineradas de los Estados Unidos contra el gobierno y el poder político del país, y también contra las regulaciones estatales. En la novela, el ideólogo del movimento no es otro que el mencionado John Galt. Casualmente, o no, el título de la obra está inspirado en la escultura de Atlas cargando con el mundo sobre su hombros que está en los jardines del Rockefeller Center, en pleno Manhattan.

Sea como fuere, los apagones producidos en concentraciones humanas de gran densidad siempre me han hecho levantar una ceja, no vaya a ser que tuviesen algún significado no evidente a los profanos.

El 23 de julio de 2007, la ciudad de Barcelona sufrió el apagón más importante de su historia, producto de la concatenación de dos incidencias acaecidas en las subestaciones de Collblanch y de Maragall. Que aquel black-out coincidiese de forma precisa con el inicio del llamado “proceso” no ha contribuido en absoluto a que deje de contemplar los grandes apagones con una mirada, digamos, “diferente”.

El pasado 27 de septiembre celebramos una elecciones trascendentes para la historia de Cataluña y que, por supuesto, excedían sobremanera el significado del vocablo “autonómico”. En esta serie de escritos [los nueve anteriores son: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9] sobre el “proceso” hemos puesto el foco sobre el simbolismo que rodea a las decisiones del presidente Mas, y que a menudo giran en torno a la cifra talismán del 9. No es preciso indagar demasiado para darse cuenta de que la fecha de las pasadas elecciones también cumple esta ley: septiembre es el mes noveno del año y los guarismos 2 y 7 suman nueve. Pero no es el único aspecto simbólico del día escogido para abrir las urnas, es más, diría que ni siquiera es el más importante. Llama más la atención que el 27 de septiembre de 2015 se produjese un hecho infrecuente como es la Luna de Sangre, también llamado eclipse total de Luna. Esta denominación poético-mítica del eclipse lunar se debe al color rojizo con que se percibe la Luna mientras está a la sombra del planeta Tierra. En esta ocasión, el fenómeno venía enmarcado por unas circunstancias bastante especiales y que tardarán en repetirse. En primer lugar, la existencia de una tétrada -cuatro eclipses de Luna- en el periodo 2014-15 (los otros fueron en abril y octubre de 2014, y en abril de 2015), un hecho muy inusual que, por ejemplo, entre 1582 y 1908 no se produjo en ninguna ocasión. En segundo lugar, la coincidencia con otro fenómeno singular como es la Superluna, o sea, la percepción de que la Luna tiene un tamaño bastante mayor de lo habitual debido a su proximidad a nuestro planeta Tierra. Todo esto concentrado la noche del 27 de septiembre… difícilmente se puede encontrar una fecha mejor para celebrar un acontecimiento destinado a pasar a la historia.

El concepto de Tétrada de Luna de Sangre está envuelto en grandes dosis de mitología; sin ir más lejos, se considera que su aparición va vinculada a momentos trascendentes del pueblo judío, como son la expulsión de la península ibérica (1493, decretada un año antes), la creación del Estado de Israel (1948) o la Guerra de los Seis Días (1967). Curiosamente, en las últimas semanas estamos asistiendo a un aumento de la tensión entre judíos y palestinos, con múltiples agresiones por parte de estos últimos. También la Biblia se hace eco del fenómeno, en concreto dentro de los actos (hechos) de los apóstoles incluidos en el Nuevo Testamento, cuando en el Discurso de Pedro (2: 19-20) se afirma que “Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra. El Sol se tornará en tinieblas y la Luna, en sangre, antes de que venga el gran día del Señor”. Una Luna de Sangre antes del gran día… como mínimo, interesante.

Volviendo a nuestra realidad más mundana, resulta sencillo comprobar como la reacción inmediata ante los resultados de estas elecciones ha sido muy parecida a la que se produjo en las autonómicas de 2012: los independentistas inexplicablemente deprimidos y los españistas exultantes por su supuesta victoria. Conforme los días pasaban y la resaca dejaba espacio a la claridad de mente, las cosas se han puesto en su lugar. Los independentistas han descubierto que habían vencido ampliamente, mientras que los españistas han entrado en un estado de máxima preocupación, a pesar de la burbuja informativa que han generado -como de costumbre- los medios establecidos en Madrid. Una vez más, hemos podido comprobar como conviven dos realidades paralelas e incompatibles, la de Madrid y la del resto del planeta Tierra. Haciendo un recorrido rápido por las principales cabeceras internacionales, podemos comprobar como el mundo entero ha dado como ganadores a los independentistas, como diciendo “obstáculo superado”.

Mosaic 2

En este momento es preciso pasar página y seguir adelante con el plan previsto, con la seguridad de tener en el bolsillo un argumento más para que la comunidad internacional nos reconozca.

Los independentistas han conseguido la mayoría absoluta con un total de 72 escaños, una cifra que nos remite al grado 72 de la masonería o al año en que Rothschild supuestamente hacía el discurso con el que iniciábamos este escrito. Coincidencias al margen, la victoria del independentismo tanto en escaños como en votos (un 47,8% ante un 39,1% de los españistas) resulta irrefutable, de forma que hay que tener una cara muy dura -los medios de la Meseta la tienen- para negarla. Claro que, para hacerlo se atribuyeron todo tipo de votos (blancos, animalistas, piratas, independentistas de CSQEP, etc.) como si fuesen suyos.

Poco antes de las elecciones se produjo un hecho muy destacable, pero lamentablemente reflejado con parquedad en los medios de comunicación catalanes. Cinco de los seis partidos del parlamento suizo hicieron una propuesta conjunta para que la Confederación Helvética se erigiese en mediador en las eventuales negociaciones entre Cataluña y España. Las razones que argumentaban los diputados suizos eran demoledoras (tanto, que ni siquiera se necesita traducción):

Parlament Suis

Que en unas elecciones en Cataluña vote el 77,4% de los electores, más allá de un hito histórico, es un hecho casi sospechoso. Viendo la capacidad del Estado Español para hacer trampa, no seria en absoluto aventurado pensar que aquí han votado hasta los hámsters. El pucherazo del voto no residente -dos tercios del cual es decididamente independentista- es una una buena muestra de las formas de este Estado y de sus gobernantes y funcionarios. Pero más allá de quedarnos con la victoria final del independentismo, es preciso poner el foco sobre diversos aspectos interesantes del resultado de los comicios:

  • El vigoroso (y para muchos también sorprendente) fuelle del independentismo, que ha conseguido mantener el tipo con una participación muy por encima de lo previsto. El consenso pre-electoral decía que las participaciones por encima del 72% harían tambalearse a la victoria soberanista.

  • La tristeza de ver como un partido de extrema derecha consigue vencer en barrios y municipios eminentemente obreros. Cuando nos burlábamos de los barrios humildes franceses que votaban al Frente Nacional de Le Pen, no podíamos ni imaginar que a este personal tan ignorante y desinformado también lo teníamos por aquí. Por cierto, quien dude de que Ciutadans es un partido de extrema derecha puede echar un vistazo a estos vídeos tan esclarecedores: “Desmontando a Ciudadanos-1” y “Desmontando a Ciudadanos-2“, o también puede adquirir este libro de título tan curioso: “Albert Rivera es un lagarto de V

  • La penalización para los que, ante un plebiscito, prefieren cerrar los ojos y presentarse como quien va a unas elecciones autonómicas convencionales. No entender nada no es nunca una buena política, y menos aún si lo aderezas trayendo a unos chicos de Madrid que no hacen más que meter la pata cada vez que abren la boca.

Visto el paisaje que se nos presenta a partir del 27 de septiembre, los independentistas no pueden ser más que optimistas. Las aparentes dificultades para que Junts Pel Sí y la CUP alcancen un acuerdo no tendrían que quitar el sueño a ningún soberanista, dado que en todo lo que llevamos de “proceso” ya hemos vivido esta situación en múltiples ocasiones: cuando parece que la fuerza centrífuga nos proyectará fuera de la carretera en la siguiente curva, llega la solución mágica y todos contentos. Esta vez no será una excepción. Y si algún día hay que volver a votar -que no lo tengo nada claro- lo que es seguro es que será en unas condiciones muy diferentes, en las que la tutela de la Unión Europea nos blindará de pucherazos y, de paso, todos aquellos que aún no son independentistas por miedo a quedar fuera de la UE podrán votar con la certeza de que continuaremos dentro. Imposible perder, pues. Empiezo a tener la sensación de que en no demasiados lustros, España nos evocará un concepto del pasado, vetusto y apolillado, con aroma a naftalina, y entonces nos preguntaremos “¿cómo hemos podido permanecer allí tanto tiempo?”.

Y para cerrar esta exposición, unas dosis más de simbolismo. En las dos últimas celebraciones de la Diada del 11 de septiembre [día nacional de Cataluña] hemos podido comprobar como el triángulo tenia un papel central en la escenografía; en el 2014, con la geometría que dibujaban la Avenida Diagonal y la Gran Vía, y en 2015, con el célebre puntero, estrella rutilante del acontecimiento de la Avenida Meridiana. Aquel triángulo de 2014 era también una letra “V”, como la que popularizó Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial (“V for Victory”) y que según algunas fuentes había estado ideado por el ocultista Aleister Crowley. A estas alturas de la película, creo que a nadie se le escapa que el triángulo es un simbolo masónico, como lo es el emblema triangular de Esquerra Republicana de Catalunya [partido independentista que concurrió a las elecciones dentro de la lista Junts Pel Sí]. Tampoco podemos pasar por alto que CUP [partido independentista de izquierda anticapitalista] significa “Copa” en inglés y fácilmente puede ser interpretado como una referencia al Santo Grial.

El simbolismo de la Diada de este año no radica únicamente en la presencia del puntero triangular, sino que el propio escenario de la ofrenda, la Avenida Meridiana, también tiene algunas implicaciones interesantes. Esta vía barcelonesa está trazada aparentemente sobre el meridiano cero francés -antes de que este honor lo tuviese el de Greenwich- también llamado “meridiano de París” o “Dunkerke-París-Barcelona”, que según algunos conspiranoicos es un meridiano masónico. Quien sí que era masón con total seguridad es Ildefons Cerdà, el diseñador de la trama urbana de la Barcelona extramuros y, por tanto, creador de la Meridiana. Si nos fijamos atentamente en el trazado del meridiano de París, nos daremos cuenta de que no pasa exactamente por Barcelona, sino que cuando llega a Masnou penetra en el mar en dirección a Formentera. Así las cosas, podemos suponer que Cerdà tenía un interés especial en homenajear al meridiano dedicándole una gran avenida en Barcelona, aunque fuese encajándola a martillazos.

A pesar de que la primera definición del meridiano de París es de 1667, las mediciones definitivas más afinadas las realizó precisamente un catalán del Rosellón, Francesc Aragó (François Arago para los franceses), que llevó a cabo sus trabajos sobre el terreno durante a Guerra de Independencia española. Como homenaje a Aragó, en 1994 un artista neerlandés diseñó un memorial consistente en 135 (sí, como el número de escaños del Parlament catalán) medallones de bronce que tenían que seguir todo el recorrido del meridiano del norte al sur de París y que llevaban inscrito el apellido “Aragó”.

Finalmente, si nos quedamos con uno de los conceptos básicos de la masonería como es la fraternidad, podremos constatar que ésta fue espectacularmente homenajeada durante el “proceso”, en concreto durante la Via Catalana de 2013. Qué mejor manera de representar la fraternidad que formar una cadena humana de personas dándose la mano?

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#41 – Lluna de Sang.

Diuen que la nit de l’1 d’agost de 1972, durant una trobada secreta del Consell dels 13 al Casino Building de San Antonio, Philip von Rothschild va anunciar als assistents que “quan vegeu apagar-se els llums de Nova York sabreu que el nostre objectiu s’ha aconseguit”. Uns cinc anys més tard, el 13 de juliol de 1977, una tempesta elèctrica va deixar completament a les fosques als deu milions d’habitants de l’àrea metropolitana de Nova York durant unes 25 hores. Malauradament, un servidor no pot confirmar que von Rothschild pronunciés aquella nit la frase esmentada, pel simple motiu de que no vaig assistir a tan secreta reunió. Però el que sí és un fet constatable és que una declaració molt semblant apareix a la novel·la “Atlas shrugged” publicada força temps abans, al 1957, i escrita per Ayn Rand. Un dels personatges, l’enigmàtic John Galt -a qui precisament alguns consideren un transsumpte de Rothschild- diu, tot mirant al gratacels de Manhattan, que “When we would see the lights of New York go out, we would know that our job was done” [Quan vegem que els llums de Nova York s’apaguen, sabrem que la nostra tasca ha culminat]. La novel·la presenta una revolta de les grans famílies adinerades dels Estats Units contra el govern i el poder polític del país, i també contra les regulacions estatals. Dins la novel·la, l’ideòleg del moviment no és altre que l’esmentat John Galt. Casualment, o no, el títol de l’obra està inspirat en l’escultura d’Atles carregant el món a les seves espatlles que hi ha als jardins del Rockefeller Center, en ple Manhattan.

Sigui com sigui, les apagades produïdes a concentracions humanes de gran densitat sempre m’han fet aixecar una cella, no fos que tinguessin algun significat no evident als profans.

El 23 de juliol de 2007 la ciutat de Barcelona va patir l’apagada més important de la seva història, producte de la concatenació de dues incidències produïdes a les subestacions de Collblanch i de Maragall. Que aquell black-out coincidís de forma precisa amb l’inici del Procés no ha contribuït gaire a que deixi de mirar-me les grans apagades amb una mirada, diguem-ne, «diferent».

El passat 27 de setembre vam celebrar unes eleccions transcendents per a la història de Catalunya i que, per descomptat, sobreeixien amb escreix el significat del terme autonòmic. En aquesta sèrie d’escrits [els nou anteriors són: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 i 9] sobre el Procés hem parat molta atenció al simbolisme que envolta les decisions del president Mas, i que sovint giren entorn de la xifra talismà del 9. No cal indagar gaire per adonar-se que la data de les darreres eleccions també compleix aquesta llei: setembre és el mes novè de l’any, i els guarismes 2 i 7 de la data sumen nou. Però no és l’únic tret simbòlic del dia escollit per obrir les urnes, és més, diria que no és el més important. Crida més l’atenció que el 27 de setembre de 2015 es produís un fet ben inusual com és la Lluna de Sang, altrament dit eclipsi total de Lluna. Aquesta denominació poètico-mítica de l’eclipsi lunar es deu al color vermellós amb que es percep la Lluna mentre està a l’ombra del planeta Terra. En aquesta ocasió, el fenomen venia emmarcat per unes circumstàncies força especials i que trigaran a repetir-se. En primer lloc, l’existència d’una tètrada -quatre eclipsis de lluna- en el període 2014-15 (els altres van ser a l’abril i l’octubre de 2014 i a l’abril de 2015), un fet molt inusual que, per exemple, entre 1582 i 1908 no es va produir en cap ocasió. En segon lloc, la coincidència amb un altre fenomen singular com és la Súperlluna, o sigui, la percepció de que la Lluna té unes dimensions força més grans de les habituals degut a la seva proximitat al nostre planeta. Tot això concentrat a la nit del 27 de setembre… difícilment es pot trobar una data millor per celebrar un esdeveniment destinat a passar a la història.

El concepte de Tètrada de Lluna de Sang ve embolcallat de grans dosis de mitologia, sense anar més lluny es considera que la seva aparició va vinculada a moments transcendents del poble jueu, com ara l’expulsió de la península ibèrica (1493, decretada un any abans), la creació de l’Estat d’Israel (1948) o la Guerra dels Sis Dies (1967). Curiosament, d’ençà les darreres setmanes estem assistint a un augment de la tensió entre jueus i palestins, amb múltiples agressions per part d’aquests últims. També la Bíblia es fa ressò del fenomen, en concret dins els actes (fets) dels apòstols inclosos al Nou Testament, quan al Discurs de Pere (2: 19-20) es diu «Faré prodigis dalt del cel i senyals a baix a la terra. El sol es canviarà en tenebres i la Lluna, en sang, abans que vingui el gran dia del Senyor». Una Lluna de Sang abans del gran dia… si més no, interessant.

Tornant a la nostra realitat mundana, resulta fàcil comprovar com la reacció immediata davant dels resultats d’aquestes eleccions ha estat molt semblant a la que es va produir a les autonòmiques de 2012: els independentistes inexplicablement deprimits i els espanyistes cofois de la seva suposada victòria. Conforme els dies passaven i la ressaca deixava lloc a la claredat de cap, les coses s’han posat al seu lloc. Els independentistes han descobert que havien guanyat àmpliament, mentre que els espanyistes han entrat en un estat de preocupació màxima, tot i la bombolla informativa que han generat -com de costum- els mitjans establerts a Madrid. Un cop més, hem pogut comprovar com conviuen dues realitats paral·leles i incompatibles, la de Madrid i la de la resta del planeta Terra. Fent un recorregut ràpid per les principals capçaleres internacionals

Mosaic 2podem comprovar com el món sencer ha donat com a guanyadors als independentistes, com dient «obstacle superat». Ara cal girar full i seguir endavant amb el pla previst, amb la seguretat de tenir al sarró un altre argument més per tal que la comunitat internacional ens reconegui.

Els independentistes han aconseguit la majoria absoluta, amb un total de 72 escons, una xifra que ens remet al grau 72 de la maçoneria o a l’any en que Rothschild suposadament feia el discurs amb el que iniciàvem aquest escrit. Coincidències a banda, la victòria del independentisme tant en escons com amb vots (un 47,8% davant d’un 39,1% dels espanyistes) resulta irrefutable de manera que cal tenir molta barra -els mitjans de la Meseta la tenen- per negar-la. Clar, que per fer-ho es van atribuir tota mena de vots (blancs, animalistes, pirates, independentistes de CSQEP, etc) com si fossin seus.

Poc abans de les eleccions es va produir un fet molt remarcable, però malauradament no prou ben recollit pels mitjans de comunicació catalans. Cinc dels sis partits del parlament suís van fer una proposta conjunta perquè la Confederació Helvètica s’erigís en mediador en les negociacions entre Catalunya i Espanya. Les raons que argumentaven els diputats suïssos eren demolidores (tant, que no cal ni traducció):

Parlament Suis

Que a unes eleccions a Catalunya voti el 77,4% dels electors, més enllà d’una fita històrica, és un fet gairebé sospitós. Veient la capacitat de l’Estat Espanyol per fer trampes, no seria gens agosarat pensar que aquí han votat fins i tot els hàmsters. La tupinada del vot no resident -dos terços del qual es decididament independentista- és una bona mostra de la manera de fer d’aquest Estat i dels seus governants i funcionaris. Però més enllà de quedar-nos amb la victòria final de l’independentisme, cal posar el el focus sobre diversos aspectes interessants dels resultats dels comicis:

  • El vigorós (i per a molts també sorprenent) múscul de l’independentisme, que ha aconseguit mantenir el tipus amb una participació molt per sobre del previst. El consens pre-electoral deia que les participacions per sobre del 72% farien trontollar la victòria sobiranista.

  • La tristesa de veure com un partit d’extrema dreta aconsegueix vèncer en barris i municipis eminentment obrers. Quan ens enfotíem dels barris humils francesos que votaven al Front Nacional de Le Pen, no podíem imaginar que a aquest personal tan ignorant i desinformat també el teníem per aquí. Per cert, qui dubti de que Ciutadans és un partit d’extrema dreta pot fer un cop d’ull a aquests vídeos tan aclaridors: “Desmontando a Ciudadanos-1” i “Desmontando a Ciudadanos-2“, o també pot adquirir aquest llibre de títol tan curiós: “Albert Rivera es un lagarto de V

  • La penalització cap els qui davant un plebiscit prefereixen tancar el ulls i presentar-s’hi com qui va a unes eleccions autonòmiques convencionals. No entendre res no és mai una bona política, i menys encara si ho amaneixes portant a uns nois de Madrid que no fan més que vessar-la cada cop obren la boca.

Vist el paisatge que se’ns presenta a partir del 27 de setembre, els independentistes no poden ser més que optimistes. Les aparents dificultats perquè Junts Pel Sí i la CUP es posin d’acord no haurien de treure la son a cap sobiranista, atès que en tot el que portem de Procés ja hem viscut aquesta situació molts cops: quan sembla que la força centrífuga ens llançarà fora de la carretera en el proper revolt, arriba la solució màgica i tots contents. Aquest cop no serà una excepció. I si algun dia cal tornar a votar -que no ho tinc clar- el que és segur és que serà en unes condicions molt diferents, on la tutela de la Unió Europea ens blindarà de tupinades i de pas tots aquells qui encara no són independentistes per por a quedar fora de la UE podran votar amb la certesa que continuarem a dins. Impossible perdre, doncs. Començo a tenir la sensació que en no gaires lustres, Espanya ens evocarà quelcom del passat, rònec i corcat, amb flaire a naftalina, i aleshores ens preguntarem, «com hi hem pogut romandre tant de temps?»

I per cloure aquesta exposició, unes dosis més de simbolisme. En les dues darreres celebracions de la diada de l’onze de setembre hem pogut veure com el triangle tenia un paper central en l’escenografia; al 2014, amb la geometria que dibuixaven l’Avinguda Diagonal i la Gran Via, i al 2015, amb el famós punter, estrella rutilant de l’esdeveniment de la Meridiana. Aquell triangle del 2014 era també una ve baixa, com la que va popularitzar Winston Churchill durant la Segona Guerra Mundial («V for Victory») i que segons algunes fonts havia estat idea de l’ocultista Aleister Crowley. A aquestes alçades de la pel·lícula crec que tothom està al cas de que el triangle és un símbol maçònic, com ho és l’emblema triangular d’Esquerra Republicana de Catalunya. Tampoc podem passar per alt que CUP vol dir «Copa» en anglès i fàcilment pot ser interpretat com una referència al Sant Greal.

El simbolisme de la diada d’enguany no només rau en la presència del punter, sinó que el mateix escenari de les ofrenes, l’Avinguda Meridiana, també té algunes implicacions interessants. Aquesta via barcelonesa està traçada aparentment sobre el meridià zero francès -abans de que aquest honor el tingués el de Greenwich- també anomenat «El meridià de Paris» o «Dunkerke-Paris-Barcelona», que segons alguns conspiranoïcs és un meridià maçònic. Qui sí era maçó amb total seguretat és Ildefons Cerdà, el dissenyador de la trama urbana de la Barcelona extramurs i, per tant, creador de la Meridiana. Si ens fixem atentament en el traçat del meridià de París, ens adonarem que no passa ben bé per Barcelona, sinó que quan arriba a Masnou s’endinsa en el mar en direcció a Formentera. Vist això podem suposar que Cerdà tenia un interès especial en homenatjar el meridià dedicant-li una gran avinguda a Barcelona, encara que fos a cops de martell.

Tot i que la primera definició del meridià de París és de 1667, els mesuraments definitius i més afinats els va dur a terme precisament un català del Rosselló, Francesc Aragó (François Arago per als francesos), que va dur a terme els seus treballs sobre el terreny durant la Guerra d’Independència espanyola. Com a homenatge a Aragó, l’any 1994 un artista neerlandès va dissenyar un memorial consistents en 135 (sí, com el nombre de diputats del Parlament de Catalunya) medallons de bronze que havien de resseguir tot el recorregut del meridià de nord a sud de París i que portaven inscrit el cognom «Arago».

Finalment, si ens quedem en un dels conceptes bàsics de la maçoneria com és la fraternitat, podrem constatar que aquesta va espectacularment homenatjada durant el Procés, en concret durant la Via Catalana de 2013. Quina manera millor de representar la fraternitat que formar una cadena humana de persones donant-se la mà?

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#40 – Rien ne va plus. It’s now or never. O caixa o faixa. Todo o nada (Ante el 27-S).

Ya sé que no soy neutral y también sé que a veces es razonable considerar lo irracional como base de una opinión, pero me cuesta horrores comprender por qué todavía hay ciudadanos de Cataluña que no están a favor de la transición hacia el estado propio. Las motivaciones sociales y económicas que aconsejan dejar de depender de los gobiernos de Madrid son tan abrumadoras, que cualquier habitante de Cataluña que tenga previsto seguir siéndolo, debería apostar por la independencia, salvo que tenga un nulo apego a su propia dignidad o haya sido vilmente engañado.

Ya sé que no soy neutral, pero pueden estar seguros que si un día descubro a alguien robándome la cartera en el metro, no me arrodillaré para besarle los pies.

Aunque parezca mentira, a estas alturas de la película aún hay miles de personas que no han oído hablar de balanzas fiscales, de principios de ordinalidad o del Corredor Mediterráneo. No es casualidad: la mayoría de medios de comunicación evitan con todas sus energías que se produzca un debate claro y transparente sobre la situación actual de Cataluña en España y sobre sus posibles soluciones. Los intereses de los medios no son casuales, unos están en manos de las oligarquías económicas (Antena3, La Sexta, La Vanguardia, etc.) y otros en una situación financiera crítica que les obliga a seguir el dictado de quienes les mantienen con vida (El Periódico de Catalunya, por poner un ejemplo). Prefieren “embarrar la cancha” hablando de la supuesta locura de Artur Mas o incluso agitar un cadáver maloliente llamado “federalismo” antes que analizar la situación de forma pausada y objetiva. A todo esto, ¿por qué afirmo que el federalismo es un cadáver? Pues porque le dieron el tiro gracia a partir de 2006, con el cepillado y mutilación del Estatut de Pasqual Maragall, el último federalista asimétrico. Los autores de la ejecución fueron, al alimón, PP y PSOE que representan el pensamiento del 70% de los españoles. O sea, que quien en 2015 sigue vendiendo el federalismo como proyecto aplicable en España tiene más de mentiroso compulsivo que de ideólogo bienintencionado. Los españoles no quieren federalismo, y punto. ¿Cuántas veces tienen que decirlo?

Esta noticia es de las más recientes en cuanto a la posición de PSOE respecto a una posible reforma federal (El Periódico, 2015):

Pacto fiscal PSOE 2015La verdad es que no hemos avanzado mucho desde que intentamos negociar el Estatut de 1919, a tenor de las reacciones de la prensa de Madrid de aquel tiempo (El Imparcial, 1918):

El Imparcial 1918Lamentablemente, este tipo de reacciones de la prensa no son hechos aislados ni fruto de un titular sacado de contexto, sino que se trata de la más estricta normalidad mesetaria. Quien tenga curiosidad por ver una recopilación nutrida de reacciones de la prensa madrileña frente a las aspiraciones catalanas puede hojear el trabajo “El llibre negre de Catalunya. De Felip V a l’ABC” escrito por el historiador Josep María Ainaud de Lasarte, publicado en 1995.

Pero vayamos por partes.

Estoy seguro de que todos los contribuyentes de bien estamos a favor de la solidaridad entre territorios, es decir, que las regiones más ricas de un Estado o de una comunidad de Estados transfieran parte de sus recursos a las más pobres con el fin de que sus economías converjan. Fácilmente estaremos de acuerdo en convenir que no tendría sentido que tras esta redistribución de recursos los que generan riqueza pasen a ser más pobres que los receptores de la solidaridad. Pues aunque pueda sorprender a algunos, este sinsentido es precisamente lo que ocurre en España con Cataluña. La riqueza que se genera en Cataluña se aporta al fondo común de todas la comunidades autónomas y luego se reparte en forma de inversiones; pues bien, ese reparto es tan injusto que los ciudadanos catalanes pasan de ser los terceros a ser los undécimos en cuanto a su renta disponible.

El tema de la balanza fiscal es crítico y deberia ser conocido al menos de forma somera por todos aquellos que ejercerán su voto el próximo 27 de septiembre. La falta de inversiones en el territorio paraliza la construcción de infraestructuras y por lo tanto dificulta la generación de negocio y de empleo. Los estudiantes universitarios catalanes saben -o deberían saber- que pagan tasas de matrícula superiores a las que se pagan en muchos otros lugares de España y que además reciben menos becas.

Ah, por cierto, a todos aquellos que, llegados a este punto, le digan a su cuñado “sí, vale, pero el déficit fiscal de Madrid es superior” les tengo que dar una mala noticia: las cifras de la balanza fiscal de la comunidad de Madrid no responden a la realidad, puesto que la capital de España se beneficia de todas aquellas inversiones que recibe como capital del Estado, pero que sólo generan beneficios en Madrid. Además, hay que tener en cuenta que las grandes empresas “madrileñas” son, en la mayoría de casos, antiguas empresas públicas que están ubicadas en la capital por una simple decisión política; en algunos casos ni producen nada allí, ni tienen un solo cliente (Endesa, Repsol, Telefónica, etc.). Nada que ver con el tejido empresarial catalán, donde la empresa es autóctona: Grífols, Almirall, Nutrexpa, Mango, Puig, Gallina Blanca y un largo etcétera.

Dentro de las infraestructuras directamente perjudicadas por la falta de inversion estatal en Cataluña está el célebre Corredor Mediterráneo. Se trata del eje de comunicaciones terréstres del levante peninsular, clave en el transporte de mercancías entre África, Ásia y Europa. Los sucesivos gobiernos de Madrid han hecho todo lo posible por boicotearlo, diseñando engendros como el bautizado jocosamente “Corredor Madridterráneo”, es decir, la mutilación de la comunicación directa entre Valencia y Barcelona con un obligado paso por Madrid. La mutinacional china Hutchinson ha sufrido en sus carnes la falta de diligencia del gobierno central en la adecuación de las infraestructuras del Puerto de Barcelona. La política de infraestructuras que se lleva a cabo en España está explicada de forma excelente en este video.

En otro orden de cosas, una de las tácticas favoritas de los que desean frenar la independencia de Cataluña consiste en visitar abuelos en sus centros de día para decirles que en caso de secesión su pensión peligra. Este argumento, además de una gran mezquindad implícita, encierra una doble mentira: Las pensiones que eventualmente peligran son las de los jóvenes, pero en modo alguno las de los que ya son pensionistas, que pueden dormir tranquilos.

La segunda mentira consiste ocultar que, si bien el futuro de las pensiones públicas es bastante negro en general, si hay un rayo de esperanza es con la creación de un estado catalán, puesto que la relación cotizantes/pensionistas siempre será superior en Cataluña resepecto a España -básicamente por el nivel de desempleo estructural de algunas zonas de la península. Así pues, el razonamiento es el inverso al que presentan los contrarios a la independencia: si las pensiones peligran de alguna forma, es permaneciendo en España. De hecho, en el período 1995-2010 el saldo de la Seguridad Social “catalana” ha sido positivo en casi 25.000 millones de euros, mientras que en el resto de España se ha generado un déficit de más de 85.000 millones.

El bombardeo de mentiras por parte del Gobierno español y de la casi la totalidad de los medios de comunicación estatales tiene por objeto inocular el miedo en los ciudadanos de Cataluña y que, en consecuencia, ejerzan su derecho al voto bajo el temor a una debacle inminente en caso de que Cataluña se independice. La posibilidad de ver al nuevo estado catalán fuera de la Unión Europea y también de la moneda única queda conjurada cuando se tiene información, algo que los medios de comunicación desean evitar a toda costa. Las amenazas de expulsión que la Unión Europea ha llevado a cabo sobre los electores de Grecia no se han materializado, de forma que, ¿en qué cabeza cabe que se pueda plantear la expulsión de un territorio de siete millones de habitantes que es contribuyente neto a los presupuestos de la Unión, que es sede y centro de producción de innumerables multinacionales europeas y cuyos ciudadanos ya tienen ciudadanía de la UE? ¿Nos van a echar por odio? ¿Como venganza por salir de España? Además, es fundamental recordar que la libre circulación de ciudadanos se sustenta en el Acuerdo de Schengen, un espacio más amplio que el de la UE y en el que los paises miembros no tienen derecho de veto.
Adicionalmente, existe un argumento de peso para que España se vea abocada a pactar una secesión ordenada y a no utilizar en modo alguno su derecho de veto en las decisiones de la Unión Europea. Este argumento es el gran volumen de deuda que acumula en estos momentos el Estado Español, ya que para evitar un default inminente se verá obligado a negociar de qué cuota parte se hace cargo Cataluña. Es decir, que muy probablemente el nuevo Estado catalan asumirá parte de la deuda española, pero obviamente, a cambio de “otras cosas”, como por ejemplo la inexistencia de obstáculos por parte de Madrid en todos los procesos en los que Cataluña pueda necesitar el voto unánime de los miembros de la Unión Europea. Una explicación detallada del funcionamiento de estos organismos internacionales está en este vídeo.

Los indecisos y los recelosos de la independencia deberían comenzar a sospechar de que algo falla con sólo mirar quién hay a un lado y al otro del debate. En el bando soberanista encontramos a gran número de catedráticos de prestigio, no sólo de universidades locales, sino que también de centros de referencia mundial como Columbia, Harvard, Princeton o la emblemática London School of Economics. Además, también dan su apoyo a la independencia científicos de primera línea mundial como el epigenetista Manel Esteller o el investigador del SIDA Bonaventura Clotet. En cambio, al otro lado, una de las caras más activas contra la independencia es Javier Sardà, que se hizo millonario gracias al popular “Crónicas marcianas”, uno de los programas más infectos de la historia de la televisión, cuyos mayores logros eran burlarse de deficientes mentales -Sardà fue denunciado y condenado por ello- y mostrar las posaderas de Boris Izaguirre. El rostro de Sardà es uno de los más habituales en los platós de televisión desde los que da lecciones sobre qué tenemos que hacer los catalanes con nuestro país y con nuestro futuro. También se ha mostrado en contra del Procés la estrella televisiva de la Sexta, Jordi Évole. En su reciente artículo titulado “Trampas” expone una vez más su habitual “empatismo”: dos cositas malas del gobierno de Madrid y dos cositas malas de la Generalitat. Pues no. En humillaciones, insultos y provocaciones no estamos empatados, querido Jordi. A unos 666 kilómetros de distancia nos ganan por goleada. A Évole también parece molestarle mucho que su voto como barcelonés tenga menos peso que el voto de un elector de Lleida, pero jamás se ha quejado -y ha tenido tiempo- de que su voto valga mucho menos que la papeleta de un soriano.

En cuanto a las asociaciones cívicas que dan su apoyo a una u otra postura, las más conocidas son la Assemblea Nacional Catalana -a favor de la independencia- y Societat Civil Catalana, en contra. La ANC nació en 2011 y cuenta con más de 80.000 miembros, de los cules la mitad son socios. Es la responsables de la organización de las manifestaciones de los últimos 11-S. Se financia con aportaciones de sus socios y con la venta de material promocional, y no recibe ninguna aportación de dinero público. Al otro lado está Societat Civil Catalana, que maneja un presupuesto de cerca de un millón de euros pese a tener sólo 70 socios. El 97% de sus ingresos procede de aportaciones anónimas. Su líder es Josep Ramon Bosch, un ultraderechista catalán “aficionado” al nazismo.

Como decíamos al inicio, el papel de los medios de comunicación está siendo fundamental para que la información sobre el proceso circule de forma muy sesgada. La abrumadora mayoría de medios tienen su base en Madrid, pero además, algunos medios catalanes como La Vanguardia, El Periódico o 8tv están enfrascados en una dura batalla contra el independentismo. Tanto los artículos de opinión como las propias noticias que los diarios y televisiones de Madrid ofrecen sobre el Procés suelen estar plagadas de mentiras y a menudo llegan a ser delirantes. El director del Periódico de Catalunya, Enric Hernández, no les quiere ir a la zaga y ha llegado a publicar titulares que sacarían los colores a cualquier estudiante de periodismo, como uno muy reciente en que la cabecera del Grupo Zeta se preguntaba en portada si “con la independencia habría trenes y aviones”. Por suspuesto, Hernández no ha dejado pasar la oportunidad de sumarse a la moda y llamar nazis a los independentistas.

Como muestra del concepto de información que se tiene en Madrid, es preciso recordar que la periodista de moda en tierras mesetarias, Ana Pastor, en su entrevista de hace pocos días a Artur Mas llegó a afirmar que “las ventajas de la independencia son propaganda” y que por lo tanto sólo le interesaba preguntar por los riesgos.

Hablar con todo detalle del tratamiento erróneo que tanto el gobierno como los medios de Madrid están dando al Procés sería una tarea titánica porque cada minuto aparecen nuevos argumentos, pero valga lo expuesto como botón de muestra.

Cambiando de tercio, de entre los motivos que determinados ciudadanos catalanes dan para estar en contra de la independencia, algunos son realmente extraños: “Era Pujol quien robaba”, dicen en respuesta al déficit fiscal. Al margen de que la comparación de una cosa y otra es absurda, si la eventual corrupción de la extinta CiU es motivo para no ser independentista, por la misma regla de tres se deduce que los casos Gürtel, Rato, Bárcenas, etcétera deberían provocar renuncias masivas al pasaporte español, pero no consta que haya sido así. Por otra parte, algunos aluden a su lícito sentimiento español, algo que realmente tiene poco que ver con desear estar gobernados desde aquí. En otras palabras, en el Estado catalán, nadie dirá nunca a un ciudadano qué ha de sentir, ya sea español, búlgaro o de las Islas Fidji. Es así en todo el mundo. Se trata de algo íntimo y personal, y por lo tanto no debe ser un motivo para oponerse a la independencia.
En cuanto a la nacionalidad española, todo el mundo debe tener claro que nadie puede retirlarla y que quien desee ser ciudadano español lo será hasta su muerte. La única diferencia con la situación actual es que poseerá doble nacionalidad, española y catalana.
También existen reticencias en cuanto al futuro de la lengua castellana. Pero pueden estar seguros que nadie en su sano juicio se plantea perder el patrimonio de la lengua castellana en un futuro Estado catalán. Este temor nunca puede ser un argumento. Es más, si de un servidor dependiese haría lo posible para disponer de una Academía de la Lengua Castellana, sin vínculos con la española, que tuviese capacidad normativa sobre el idioma.

Sobre la actitud de algunos gobernantes extranjeros en cuanto a la eventual independencia de Cataluña, basta tener unas pocas nociones de geopolítica para comprenderla. Nadie va a dar a los independentistas el manual de instrucciones para alcanzar su nuevo Estado, pero tampoco van a enrocarse una vez que la situación se haya producido y tengan el problema sobre la mesa. A partir de ese momento, la prioridad de la UE y del resto de agentes implicados será solucionar el asunto de la forma más práctica posible y eso no puede incluir de ningún modo eternizar el paso de Cataluña por un limbo jurídico. Esto está explicado de forma muy clara en este vídeo a partir del minuto 18.

Al fin y al cabo, desde que el mundo es mundo, que las fronteras no han dejado de moverse y seguirán haciéndolo en el futuro. Por ello no comprendo la creencia de que las fronteras de España son inmutables –las únicas inmutables- salvo que otorgues a este país una naturaleza de carácter divino, circunstancia que entroncaría seguramente con algún trastorno mental bastante grave. En otras palabras, en los últimos cien años no han parado de crearse estados nuevos por toda la faz la Tierra y sin embargo, resulta que con Cataluña es imposible, que alguna ley natural impide que podamos tener nuestro propio estado. No tiene ni pies ni cabeza.

Quien esté en contra de independencia debería echar un vistazo a la España que nos prepara el Partido Popular, y la llamada “Ley mordaza” es un buen punto por donde comenzar el análisis. No creo que nadie tenga ganas de vivir en un país donde puedas ir a la cárcel por un comentario en Twitter. Este vídeo también es una buena radiografía de lo que es España hoy en día.

En la inmensa soledad frente a la urna cabe valorar todo lo aqui expuesto y votar por un futuro mejor, obviando filias y fobias. Al fin y al cabo no es más que una decisión administrativa: dejar de tener gobiernos en contra para autogobernarnos de verdad. El resto son fuegos artificiales. Eso sí, votar independentista es votar una de las dos listas que apuestan por el nuevo Estado, es decir, Junts Pel Sí y la CUP. Votar una opción federalista es votar “no” a la independencia, de forma que el voto por Catalunya Sí Que Es Pot equivale en el recuento a dar el apoyo a Ciutadans o al PP. Espero que nadie se confunda y con su error colabore en cerrar esta ventana de oportunidad que tanto ha costado abrir. Si alguien tiene dudas sobre como votar “sí” o “no” a la independencia, que mire atentamente este vídeo desde el minuto 53.

Y por encima de todo, los catalanes más opuestos a la independencia deben tener claro que si este proyecto no prospera ellos sufrirán en sus carnes la venganza del aparato del Estado Español con la misma intensidad que el independentista más radical.

 

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