11 de enero de 2016
EL SORPRENDENTE DESENLACE DE LAS ELECCIONES CATALANAS… TRES MESES DESPUÉS.
El 27 de septiembre de 2015 los ciudadanos catalanes fueron llamados a las urnas para cumplir con unas elecciones autonómicas que tenían un declarado carácter plebiscitario. El presidente, Artur Mas, convocó estas elecciones de forma anticipada -correspondía celebrarlas en 2016- por la imposibilidad manifiesta de celebrar un referéndum de independencia. Así pues, el mensaje era votar en clave plebiscitaria, por ello los dos principales partidos independentistas (CDC y ERC) concurrieron mediante una lista unificada llamada Junts Pel Sí (Juntos por el sí) que también incluía miembros destacados de la sociedad civil catalana. Los independentistas de la izquierda anticapitalista, la CUP (candidatura de unidad popular), concurrieron con su propia lista. En esta cita electoral se produjo un inusual aumento de la participación, alcanzándose un insólito 75%, récord absoluto en las elecciones catalanas desde la recuperación de la Generalitat en 1977. Esta elevada participación era indicativa de la implicación de sectores de la población tradicionalmente poco interesados en la política local, por lo que se suponía que el independentismo podía ser derrotado. Pero casi contra pronóstico, las fuerzas independentistas lograron el 48% de los sufragios, muy por encima de los contrarios al “Proceso”, que se quedaron en un 39%. En tercer lugar quedaron los defensores de un referéndum de independencia, con un 9% de los votos. Los partidos “no alineados” obtuvieron un escaso 3,5%, algo lógico atendiendo al carácter de “pseudo-referéndum” de la cita. Cabe señalar que los escasos 90.000 votos que le faltaron a las fuerzas independentistas para superar el 50% de los sufragios bien podían haber venido a través del voto de expatriados (un colectivo generalmente independentista en proporción de ⅔) pero las trabas puestas por la maquinaria burocrática del Estado Español provocaron que su participación fuese muy escasa. Estos resultados se tradujeron en un Parlament con mayoría absoluta independentista: 72 escaños a favor y 63 en contra, incluyendo como contrarios a los diputados favorables a la celebración de un referéndum de independencia.
Así la cosas, parecía que la legislatura se iniciaría sin excesivos obstáculos para los secesionistas, pero muy pronto se reveló que una declaración pública de los representantes de la CUP durante la campaña electoral, en el sentido de que no investirían presidente a Artur Mas, iba a resultar un punto de discordia aparentemente insalvable. Cabe señalar que el candidato a President puede ser investido con mayoría simple del Parlament, pero teniendo en cuenta la negativa de los diputados de la CUP el balance era de 62 a favor y 73 en contra. Bastaba con dos votos a favor y ocho abstenciones de la CUP para que la votación quedase en un 64 a 63 a favor de Mas. Pero los anticapitalistas defendían a capa y espada su postura, mientras que los miembros de Junts Pel Sí manifestaban que su único candidato a la presidencia de la Generalitat era Artur Mas y que esto resultaba innegociable. En medio de este bloqueo se celebraron múltiples rondas negociadoras que lograban acuerdos parciales en diversas materias, pero que se mostraban estériles en cuanto a la figura del futuro candidato a presidente. Finalmente, la CUP aceptó someter la decisión acerca de la investidura de Mas a sus propias bases. El 27 de diciembre, justo tres meses después de las elecciones, se celebro una asamblea entre los diversos colectivos que forman la CUP para decidir mediante voto secreto si estaban a favor o no de la investidura de Artur Mas. Tras tres rondas de votaciones y ante la sorpresa de todos, el resultado final fue de empate a 1.515 entre unos y otros. Ante tal tesitura, la gerencia de la CUP decidió trasladar la decisión a sus órganos rectores, que celebrarían una nueva asamblea días más tarde, ya con la espada de Damocles pendiendo sobre ellos puesto que si el día 10 de enero no había un presidente investido, se convocarían de forma automática nuevas elecciones.
Este panorama, la vuelta a las urnas, no era del agrado de ninguna de las fuerzas independentistas, aunque paradójicamente cada vez se vislumbraba como el desenlace más factible. La nueva votación se celebró el domingo 3 de enero y arrojó como resultado un balance de 36 votos contra la investidura de Mas y 30 a favor, lo que abría la puerta a un conflicto de grandes dimensiones entre los favorables a la independencia. Efectivamente, los días que siguieron a esta decisión fueron lo más parecido a una guerra civil entre las distintas facciones del independentismo, con acusaciones de pucherazo en el recuento incluidas. En los días posteriores, y a menos de una semana de la convocatoria automática de elecciones, ninguna de las posiciones se modificaba: ni Artur Mas renunciaba a su posición de candidato, ni los anticapitalistas daban su brazo a torcer. El día 5 de enero, en una comparecencia pública, Mas culpó del frenazo del “Proceso” a la CUP y se lamentó amargamente por haber confiado en ellos. La tensión subió a máximos, mientras que los electores independentistas se sumían en una profunda depresión por la oportunidad perdida. Con posterioridad, se ha filtrado que durante las negociaciones secretas alguien pronunció la frase “Vale más una cabeza israelí (en referencia a Mas) que diez palestinas” (en referencia a los diputados de la CUP); no es ningún secreto que CDC, el partido de Artur Mas, en algunas ocasiones ha reconocido su inspiración sionista, mientras que los componentes de la CUP suelen mostrar su apoyo a la causa Palestina siempre que tienen ocasión. Pero cuando todo el pescado parecía vendido y las nuevas elecciones un mal inevitable, todo cambió.
El sábado 9 de enero, un día antes del límite para la convocatoria automática de elecciones, comenzaron a circular rumores acerca de un posible acuerdo fundamentado en la renuncia de Artur Mas a la presidencia. Efectivamente, la misma tarde del sábado Artur Mas compareció en público para exponer que ya había acuerdo de investidura y que él renunciaba a ser Presidente. El nuevo candidato sería el no muy conocido por el gran público Carles Puigdemont Casamajó, actual alcalde de Girona. Los independentistas celebraron el acuerdo de última hora y con él, la salvación del “Proceso”. Se convocó al Parlament por el procedimiento de urgencia, puesto que era preciso tener al nuevo presidente antes de las 0:00 horas del lunes si se deseaba evitar la convocatoria electoral. Finalmente, el 10 de enero de 2016, a las 21:47 horas, tan sólo dos horas y cuarto antes del límite, Carles Puigdemont fue investido como 130º presidente de la Generalitat de Catalunya, 647 años después de que lo fuera el primero de ellos, el también gerundense Berenguer de Cruïlles. El resultado de la votación fue de 70 diputados a favor (todos los de Junts Pel Sí más 8 de la CUP), 63 en contra y 2 abstenciones (de los miembros de la CUP). El “Proceso” seguía adelante después de superar su situación más crítica de los últimos años.
Carles Puigdemont Casamajó es natural de Girona, localidad de la que es alcalde, tiene 53 años, es periodista y está casado con la también periodista Marcela Topor, de nacionalidad rumana.
El compromiso del nuevo gobierno es seguir adelante con el proceso de desconexión del Estado Español.
VÍDEOS:
El acuerdo in-extremis (castellano)
Hacia la investidura de Puigdemont (castellano)
Tras la investidura de Puigdemont (castellano)
Momento de la investidura de Puigdemont (catalán)
20 de noviembre de 2015
QUIÉN ES QUIÉN EN EL “PROCÉS” CATALÁN
Grupos en el Parlament tras las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015.
Junts Pel Sí (Juntos por el Sí)
Lista independentista formada básicamente por representantes de CDC (conservadores), ERC (progresistas) y miembros de la sociedad civil. El presidente en ejercicio, Artur Mas, iba en el cuarto lugar de la lista. Los tres primeros puestos los ocupaban Raül Romeva (procedente de la izquierda ecologista y ex-eurodiputado), Carme Forcadell (presidenta de la plataforma independentista ANC) y Muriel Casals (presidenta de la plataforma cultural Òmnium Cultural). En 2015 obtuvieron 62 diputados.
- CDC: Partido conservador liderado por el President Artur Mas. Entre 1980 y 2012 se presentaron en todas las elecciones en coalición con UDC (demócratacristianos). Gobernaron en Cataluña entre 1980 y 2003 (Jordi Pujol), y entre 2010 y 2015 (Artur Mas).
- ERC: Partido republicano, progresista e independentista liderado por Oriol Junqueras. Gobernaron en Cataluña entre 1932 y 1939 (Francesc Macià y Lluís Companys). Formaron parte del tripartito progresista que gobernó entre 2003 y 2010.
CUP – Candidatures d’Unitat Popular (Candidaturas de Unidad Popular)
Partido independentista de la izquierda anticapitalista. Obviamente, a favor de la independencia. Proponen una república independiente fuera del euro y de la Unión Europea. En 2015 obtuvieron 10 diputados.
Ciutadans (Ciudadanos)
Partido populista que se autodefine como “ni de izquierdas ni de derechas”, pero que cuyos actos definen como de la derecha más conservadora. Son activistas beligerantes contra la lengua catalana. Están en contra de la independencia y del referéndum. Obtuvieron 25 diputados.
Catalunya Sí Que Es Pot (Cataluña Sí Que Se Puede)
Lista que defiende la celebración de un referéndum legal y acordado con el Estado Español para decidir sobre la independencia de Cataluña. Está formada básicamente por miembros de los partidos ICV (izquierda ecologista), EUiA (ex-comunistas) y Podemos (partido surgido de los movimientos sociales de protesta ante la crisis). En sus filas hay partidarios y detractores de la independencia. En 2015 0btuvieron 11 diputados.
- ICV es un partido de izquierda ecologista procedente de un antiguo partido comunista. Formaron parte del tripartito progresista que gobernó entre 2003 y 2010.
PSC – Partit dels Socialistes de Catalunya (Partido de los Socialistas de Cataluña)
Partido vinculado al PSOE estatal (centro-izquierda). Proponen una reforma de la Constitución para instaurar un Estado Federal en el que Cataluña tenga un encaje cómodo, pero están en contra de la independencia. Encabezaron el tripartito progresista que gobernó entre 2003 y 2010 (Pasqual Maragall y José Montilla). En 2015 obtuvieron 16 diputados.
PP – Partido Popular
Delegación catalana del partido en el gobierno de España (derecha). Están en contra de la independencia, del referéndum y del federalismo. Propugnan una recentralización del Estado. En 2105 obtuvieron 10 diputados.
En consecuencia, las fuerzas independentistas obtuvieron mayoría absoluta: 62 + 10 = 72 sobre un total de 135 diputados.
Plataformas cívicas implicadas en el “Procés”
ANC – Assemblea Nacional Catalana (Asamblea Nacional Catalana)
Organización independentista fundada en 2011 que cuenta con más de 40.000 miembros. Es la responsable de la organización de las manifestaciones multitudinarias de los últimos años. Hasta las elecciones del 27S su presidenta era Carme Forcadell, posteriormente Jordi Sànchez.
Òmnium Cultural
Entidad para la defensa de la lengua y la cultura catalanas fundada en 1961. Tiene unos 49.000 miembros. Se ha mostrado muy activa durante el proceso independentista y ha colaborado frecuentemente en los actos organizados por la ANC. Hasta las elecciones del 27S su presidenta era Muriel Casals, posteriormente Quim Torra.
Súmate
Asociación independentista fundada en 2013 que tiene como principal característica que sus miembros son castellanoparlantes y de cultura española no catalana. Su presidente es el cordobés Eduardo Reyes.
Sociedad Civil Catalana
Plataforma en contra de la independencia formada en 2014. Realizan actos y conferencias en contra del proceso independentista. Su presidente hasta 2015 era Josep Ramon Bosch, que dimitió debido a determinadas denuncias de insultos y amenazas a independentistas. Actualmente el presidente es Rafael Arenas. Esta organización tiene vínculos probados con la extrema derecha española.